EL PAÍS
DARINKA RODRÍGUEZ
México – Fernanda Rodríguez ya tiene lista su tarjeta de crédito para usarla este Buen Fin 2023. Ha pasado los últimos meses pensando en la oferta idónea para comprar esa lavadora que tanto ha buscado y necesita. “Sé que es una deuda, pero lo he planeado y creo que podré hacer una compra inteligente”, dice esta empleada de 34 años, en consulta. “Es algo que me va a beneficiar por mucho tiempo”, remata.
La iniciativa estrella para promover el consumo, encabezada por las confederaciones de comercio, los empresarios y el propio Gobierno mexicano, está a punto de llegar a los escaparates, no sin ciertas reticencias. Por un lado, la tasa de interés de referencia del Banco de México, que establece el costo mínimo del dinero en México, se mantiene en su nivel más alto dese 2008, cuando el banco central comenzó a aplicar sus decisiones de política monetaria, ubicándose en 11.25% desde marzo de este año.
Aunque sin duda las compras a meses sin intereses son una de las joyas de la corona en esta iniciativa, cuando un usuario no cumple un pago o hace el pago mínimo de su plástico, sin tomar en cuenta los cargos bajo este esquema, la institución financiera puede aplicar el cargo de intereses de acuerdo a la tasa de interés fijada para la tarjeta, invalidando la promoción.
Por otro lado, los mexicanos no cumplen los plazos al momento de pagar sus créditos. De acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), a junio de 2023 (el dato más reciente disponible) el Índice de Morosidad (IMOR) en varios sectores de crédito al consumo, entre los que se incluyen tarjetas de crédito, préstamos personales y sobre la nómina de los trabajadores, registra crecimientos respecto a los datos de 2022.
Dentro de las personas que solicitan un crédito a las instituciones financieras, las tarjetas de crédito registran un IMOR 0,63% más alto que en junio del año pasado, al ubicarse en 3,21%. Es en los créditos personales, otorgados por bancos o sociedades financieras de objeto múltiple, los que generan menos pagos a tiempo por parte de los solicitantes, con un índice de morosidad de 4,84%.
El apetito de los mexicanos por comprar a crédito no conoce saciedad, pues cada vez hay más solicitudes de préstamos en sus diversas modalidades. Hasta finales de junio de este año había 35,6 millones de tarjetas de crédito circulando en México, un aumento de 5,8 millones de plásticos respecto al mismo periodo del año anterior.
Bajo la lógica de las compras, si los precios generales bajan, es mejor cumplir con el gusto. Luego de que el Inegi reportara su nivel más bajo de inflación en octubre de este año, los mexicanos lucen optimistas por usar su crédito, aunque este salga caro, según confirma Marcela Muñoz, subdirectora de análisis fundamental en Vector Casa de Bolsa. “Menores niveles de inflación en el comparativo anual incrementarán el ingreso disponible de la población, lo que pudiera llegar a ser un catalizador para el consumo durante la campaña promocional del Buen Fin 2023″, dice en entrevista.
Trece años de experiencias en el Buen Fin mexicano
Aunque inspirado en el Black Friday estadounidense, el Buen Fin mexicano tiene su propia esencia, sobre todo cuando se trata de comparar ofertas. Los compradores en el país son muy entusiastas, pues planean gastar este año en las tiendas físicas un promedio de 5.747 pesos (poco más de 330 dólares), en contraste con los 4.113.51 pesos erogados en 2022 (unos 240 dólares), según daos de la consultora especializada en consumo Kantar.
Pero el comprador mexicano se muestra cada vez más cauto al hacer sus compras, tras 13 años de maratones donde no todas las ofertas que se muestran son oro. Tiendas llenas, productos agotados y ofertas falsas son los principales obstáculos para incentivar el consumo este Buen Fin.
De acuerdo con la firma de análisis YouGov, más del 35% de los interesados en hacer una compra en el Buen fin considera que no hay ofertas genuinas. “Suben el precio y luego lo bajan para que parezca oferta”, recuerda Fernanda Rodríguez sobre sus compras en otras ediciones. Por otro lado, tras la pandemia de covid-19, casi 30% de los participantes ha reportado encontrarse con tiendas abarrotadas, lo que dificulta su experiencia de compra.
De acuerdo con datos oficiales, se espera que este Buen Fin tenga una derrama económica positiva para los cientos de negocios participantes, con un incremento en ventas de 10,3% en comparación con lo registrado en 2022. Pero para evitar un mal trago, la analista de Vector recomienda revisar puntualmente los estados de cuenta de las tarjetas de crédito. “Hay que verificar que efectivamente se tenga la posibilidad de realizar el pago total a las tarjetas, sobre todo si se realizan muchas compras a meses sin intereses, puesto que los niveles de tasas de interés son históricamente altos”, finaliza.